Buenos días. Esta mañana a las siete cuarenta y cinco hemos vivido otro de esos grandes momentos en nuestra querida plaza. Estábamos, un estudiante de la ESO envuelto en sus auriculares y Ulises y yo charlando sobre luces de navidad. Y entonces, de la nada, oímos una voz quejumbrosa mascullando improperios. Era nuestro querido párroco, intentando salir por la puerta que hay a la izquierda de la iglesia. Digo intentando porque delante de la puerta una persona había plantado su garito para pasar la noche y la barricada lumpen bloqueaba completamente la salida. Después de quejarse mirando al cielo y viendo que su señor no le echaba ninguna mano, pasó a intentar despertar al durmiente. Primero con suavidad y después con más estridencia, pero sus intentos fueron en vano.
Cada vez más nervioso por el bloqueo decidió pasar al cuerpo a cuerpo y empujó y empujó y la casa derribó. Llegó incluso a pisar a tipo que estaba dentro que, obviamente, despertó de golpe al sentir el peso de la iglesia. Dio un salto repentino, agarró al cura por las solapas y gritó, ¡que pasa tío, que pasa contigo! Era un tipo grande y las narices se tocaban como en un beso esquimal. Tensión.
El adolescente seguía envuelto en sus auriculares pero con la boca abierta, Ulises petrificado y yo, de repente, vi la luz. Pensé, perfecto, somos dos, uno del hampa y uno del AFA, y él, sólo uno. O recuperamos el frisbi o acabamos con el predicador. Vi entonces que el del hampa no necesitaba mi ayuda y le iba a partir la cara él solito. Surgió mi alma cristiana y, lo confieso, decidí ayudar al cura. Intenté avanzar, pero Ulises me agarró del brazo y me dijo asustado Tu no te metas, tu no te metas. Y entonces el cura pasó al ataque, y le gritó al tipo que aquello es una puerta y que entra y sale gente y que qué carajo hace durmiendo allí. Ante semejante sermón, el tipo, estupefacto, soltó al cura y lo dejó ir. El teólogo venció al nihilista y el párroco se fue hablando sólo o con Dios, no se.
Por cierto una alondra cantaba feliz de poder hacerlo fuera de temporada durante toda esta escena.